Una buena ingeniería se basa en la combinación de teoría y práctica. Para poder resolver las complejísimas cuestiones que se nos plantean, se requiere al mismo tiempo una investigación orientada a la práctica y una sólida base teórica.
En nuestro trabajo una y otra vez encontramos los “límites de lo probado”. Esto crea la necesidad y la oportunidad de desarrollar ideas y conceptos nuevos o más profundos: investigación aplicada con relevancia para el proyecto..